Para finalizar el trimestre en Educación Física acabamos con los SALTOS que tanto nos gustan pequeños saltamontes! :)
Aquí tenéis la historia del salto que más interés y curiosidad os ha despertado. EL ESTILO TIJERA
Estilo Tijera
Se considera que el primer Salto de Altura se realizó en Escocia en el siglo XIX. Pero en 1793 ya se mencionaba en un libro alemán sobre gimnasia. Tanto en un caso como en el otro la práctica era tan sencilla como saltar sobre una cuerda tendida.
Aquellos primeros saltadores tenían una técnica muy distinta a la actual. Algo tan simple comosaltar de frente o costado, doblando las piernas bajo su cuerpo y con el torso prácticamente en posición vertical. Con esta técnica se marcó el primer Récord Mundial del Salto de Altura, establecido por el inglés Marshall Brooks en 1874: 1,89 metros.
La técnica no tardó en evolucionar al conocido como Estilo Tijera. En él, el saltador se colocaba de manera paralela al listón y pasaba primero la pierna más cercana a este y a continuación la otra. El torso se inclinaba ligeramente hacia adelante para facilitar el salto.
Ambos estilos podían practicarse con carrera previa o sin ella. De hecho, en algunas ediciones de los primeros Juegos Olímpicos Modernos se recogían ambas modalidades “con impulso” y “sin impulso”. Poco a poco fue imponiéndose la primera.
A fines del siglo XIX, el estadounidense Michael Sweeney marcó el primer punto de inflexión en el Salto de Altura. Por un lado, empezó a prestar atención a la carrera de acercamiento, una parte del salto desatendida hasta entonces. Y por otro, comenzó a practicar el Salto de Tijera inclinando la espalda ligeramente hacia atrás al cruzar el listón. En 1895 saltó 1,97 metros.
La técnica no tardó en evolucionar al conocido como Estilo Tijera. En él, el saltador se colocaba de manera paralela al listón y pasaba primero la pierna más cercana a este y a continuación la otra. El torso se inclinaba ligeramente hacia adelante para facilitar el salto.
Ambos estilos podían practicarse con carrera previa o sin ella. De hecho, en algunas ediciones de los primeros Juegos Olímpicos Modernos se recogían ambas modalidades “con impulso” y “sin impulso”. Poco a poco fue imponiéndose la primera.
A fines del siglo XIX, el estadounidense Michael Sweeney marcó el primer punto de inflexión en el Salto de Altura. Por un lado, empezó a prestar atención a la carrera de acercamiento, una parte del salto desatendida hasta entonces. Y por otro, comenzó a practicar el Salto de Tijera inclinando la espalda ligeramente hacia atrás al cruzar el listón. En 1895 saltó 1,97 metros.
Pronto vosotros si seguís así lo superaréis :) ¡ÁNIMO CHICOS!